Hoy llegas a mi mente…
y eres como la almohada donde respiran mis ilusiones,
como la cueva que me refugia de la lluvia,
como el albergue de la peregrina que perdió la fe,
como el oasis en medio de todo este desierto que es mi vida,
Hoy llegas a mi mente
y te recuerdo como un poema indefinido
de palabras atestadas de magia y hechizo
de crueldad y fiereza.
Y rebusco sin descanso tu rostro, tu cuerpo…tus manos,
negándome a creer que te fuiste para siempre,
olvidando el desgarro que dejaste,
la rotura de mi pecho,
El poema tiene la fuerza de la “esperanza rota”, pero quién dijo que era fácil el olvido cuando llegan sin pedir permiso los recuerdos? Ayyy
ResponderEliminarEl paisaje melancólico, y la que posa en el…qué te voy a contar yo, si eres mi mejor inspiración.
Un besote mi niña!
Ahora comprendo que los recuerdos jamás se marcharon, no quisieron dejar paso al olvido. Se mantuvieron escondidos a la espera de que el silencio se extendiera en mi alma, para regresar en el segundo que avisa la parada cardiaca y volver a recobrar los cinco sentidos.
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